INGREDIENTES:
2 Litros de guardiente
300gr de azúcar
Cáscara de 2 limones
Un puñado de granos de café
ELABORACIÓN
Colocamos en un recipiente de barro cocido propio
para hacer Queimada (los podéis encontrar en casi cualquier ferretería o tiendas
de cerámica) el aguardiente y el azúcar, en la proporción de 150 gramos por cada
litro de aguardiente. En este caso como son 2 litros de aguardiente, 300 gramos
de azúcar fina blanca. Reservamos 2 cucharadas de azúcar para plantar el
fuego.Pelamos los limones. Los
echamos al recipiente de barro.
Ahora viene la parte más importante. En un cucharón ponemos las 2 cucharadas
de azúcar con un poco de aguardiente y le plantamos fuego, cuando plante la
llama la aproximamos al recipiente de la Queimada para que empiece a arder.
Vamos removiendo la Queimada con cuidado, dando vueltas sin llegar al fondo,
donde se acumula casi todo el azúcar. A continuación podemos elevar el
cucharón lentamente dejando que suban las llamas del alcohol y creando cascadas
con ellas (esto para los más atrevidos).
Añadimos el puñado de granos de café, los
que nos quepan en una mano. De esta manera la bebida tendrá un color tostado,
gracias también al caramelo que se va a ir formando con el azúcar. Seguimos
removiendo pero ya levantando un poco del azúcar del fondo de la cazuela de
barro. Tened cuidado pues es fácil quemarse con el cucharón, yo normalmente
utilizo un trapo de cocina para agarrarlo.
Tal como dice el nombre debemos dejar que se vaya quemando el aguardiente,
la llama nos indica que se está consumiendo el alcohol (es azulada debido al
azúcar). A mí me gusta fuerte así que acabo apagándola con una tapadera pero el
que la quiera más floja debe esperar a que se reduzca poco a poco para terminar
apagándola con un fuerte soplido. Si dejais que se queme todo el alcohol lo que conseguiréis será agua dulce y caliente.
La Queimada se sirve caliente, cuando la
hayamos apagado la servimos en cuenco de barro o en un vaso de cerámica para que
mantenga la temperatura y nos la bebemos poco a poco sin quemarnos. No abuséis
de ella que parece que está flojilla y sube muy rápido… Disfrutad de ella y de
la compañía de los vuestros/as en este momento mágico.
Consejos: Hay quienes apagan la
queimada con algo de café o vino tinto (aunque los más puristas de este licor no
lo aceptan) y otros le echan trozos de manzana u otras frutas (que luego también
te acabas comiendo, pero con moderación pues acumulan mucho alcohol). Ahora os
dejo el conjuro que se suele recitar en el último paso cuando se está acabando
la llama azulada.
CONXURO DA QUEIMADA GALEGA
Mouchos, curuxas, sapos e bruxas.
Demos, trasgos e diaños,
espíritos das neboadas veigas.
Corvos, píntegas e meigas.
Feitizos
das menciñeiras.
Podres cañotas furadas,
fogar dos
vermes e alimañas.
Lume das Santas Compañas,
mal de ollo, negros meigallos,
cheiro dos mortos, tronos e raios.
Ouveo do can, pregón da morte,
fociño do
sátiro e pé do coello.
Pecadora lingua da mala muller
casada cun home
vello.
Averno de Satán e Belcebú.
Lume dos cadáveres ardentes,
corpos
mutilados dos indecentes,
peidos dos infernais cus,
muxido da mar
embravecida.
Barriga inútil da muller solteira,
falar dos gatos que andan á
xaneira,
guedella porca da cabra mal parida.
Con este fol levantarei
as chamas deste lume
que asemellan
as do Inferno,
e fuxirán as bruxas
a
cabalo das súas vasoiras,
índose bañar na praia das areas gordas.
¡Oíde, oíde! os ruxidos
que dan as que non
poden
deixar de queimarse no augardente
quedando así purificadas.
E cando este brebaxe
baixe polas nosas gorxas,
quedaremos libres dos males
da nosa alma e de todo embruxamento.
Forzas do ar, terra, mar e lume,
a vós fago
esta chamada:
se é verdade que tendes máis poder
ca humana xente,
aquí e agora,
facede que os espíritos
dos amigos que
están fóra,
participen con nós, desta Queimada.
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